"Cuando danzo el Espíritu Santo viene a mí. 'No soy yo, es Cristo quien vive en mí' y me inspira porque su presencia se convierte en pasos de danza, que sólo Dios y yo podemos entender. Es el resultado de un encuentro de intimidad con el Señor, que se traduce en la alegría de saberme consagrada a Él. Pues, conmigo danza el que ama mi alma!". |
"Danzar para Dios no fué algo fácil, porque mi experiencia antes de ingresar a la Congregación, consistía en bailar para pasar el tiempo. El llevar mis movimientos, pensamientos y deseos dirigidos al Señor, fue un trabajo que me llevó a concientizar que ya todo mi ser, en especial mis movimientos pertenecen a Dios. También es pensar que no estoy yo sola, sino que formo parte de un Ministerio que trabaja bajo un mismo horizonte: el dar a conocer a nuestro Señor por medio del arte evangelizador: la danza y la música." |
"La danza es elevar todo mi ser en alabanza a Dios; me permite ser su instrumento para que su gloria se manifieste en medio de su pueblo". |
"Las danzas nos ayudan a vivir y sentir la letra de las canciones y a glorificar y alabar a Dios desde cada ensayo, transmitiendo en cuerpo y alma la alegría de servir al Señor". |